Por Paula Quiroz
Un largo camino que incluyó varias postulaciones a los fondos del CNTV, pero sobre todo, sostiene Vanessa Miller, una experiencia muy enriquecedora. “Un camino donde construí una amistad maravillosa, a través de la cual pude conocer a la mujer detrás de la artista, con sus miedos y sus vivencias más profundas. Esta miniserie representó para mí un gran desafío y hoy cuando se culmina el proyecto, puedo sentirme orgullosa de todos quienes participamos en él, de quienes creímos en nuestras capacidades y en que lo íbamos a lograr”.
Así fue, a la tercera vez que postularon al CNTV, se adjudicaron los fondos y aunque sólo celebraron un día porque sabían que este premio representaba el inicio de varios temas a resolver como seguir consiguiendo ayuda, apoyo y más recursos, estaban seguros que llegarían a buen puerto. “Ya estábamos metidos en esto, había que demostrarle a TVN que éramos responsables y que podíamos cumplir, ese era nuestro mayor objetivo”.
Para esta versátil y destacada actriz, conocer a Cecilia Pantoja, fue una de las cosas más maravillosas que le ha pasado en la vida. “Además de la admiración que siempre tuve por ella, estar tanto tiempo juntas para la realización de esta serie, nos hizo compartir cosas cotidianas tan simples pero tan relevantes a la vez y fuimos construyendo una linda amistad, por eso era tan importante y significativo que ella viera la película, todo lo hicimos juntas, el tema de los colores, las escenas, yo respeté siempre su opinión ella era la protagonista, era su propia historia y fue un gran orgullo que ella haya confiado en mí”.
Agrega que la idea de contar la historia de una de las ídolas más emblemáticas de la Nueva Ola, surgió porque quería mostrar a la verdadera Cecilia. “Quería contar cómo fue su vida junto a sus padres, su relación con una amiga de Tomé, donde nació y vivió, de la cual siempre estuvo enamorada. Corrían los años sesenta y el amor entre dos mujeres era impensado, un pecado terrible, por eso cuando cae al suelo producto de un certero golpe de un carabinero que le rompió la mandíbula y escuchó “levántate, no eres tan machito” supo que su vida no volvería a ser nunca la misma.
Así parte el primer capítulo de “Bravura Plateada: Cecilia la Incomparable”, brutalmente golpeada y adolorida, sin atención médica y sólo con el apoyo de sus compañeras de celda que la sacaron adelante y lograron que volviera a cantar después de meses de rabia y de impotencia. El amor fue fundamental en la vida de Cecilia, fue el motor que movería su vida y su carrera, a través del amor volvió a los escenarios, se reinventó y volvieron los brillos y la música. “Hacer esta serie era lograr un registro audiovisual, un rescate patrimonial de Cecilia, su salud se iba deteriorando y estábamos en un proceso de vida súper definitorio, porque estaba rescatando probablemente la última capitulación de la vida de una de las artistas más importantes dentro de la música chilena.”
Recuerda que quienes conocían el esfuerzo y el trabajo que llevaba invertido en el proyecto, le insistió para que fuera ella quien dirigiera la serie. “Yo pensaba quién le va a dar los fondos a una cincuentona que quiere dirigir por primera vez algo tan grande”. Finalmente, Vanessa Miller se fue perfilando con este proyecto audiovisual y con ese ímpetu y pasión que la caracteriza, partió a Cuba a estudiar dirección, después a España a estudiar dirección de fotografía y finalmente se convirtió en la guionista y directora de “Bravura Plateada”.
En este camino, sostiene, fue fundamental el Gobierno Regional del Bío Bío, ellos fueron el principal socio, siempre entendieron quién era Cecilia: ciudadana ilustre. “El Gobierno regional fue el primer gran socio y gracias a ellos sacamos el proyecto adelante. También estuvo Pancho Saavedra, que fue productor asociado y nos facilitó el camino, tuve muy buenos aliados, como la radio BioBio, que además formó parte de la historia de la carrera de Cecilia”.
Una vez terminada la serie, hicieron un encuentro de mujeres en la casa de San José de Maipo donde Vanessa vive hace 20 años. “Estoy muy agradecida de la energía femenina que se generó y que logró una sinergia maravillosa que también logró la concreción del proyecto. Hicimos un pijama party con las actrices que interpretaron a las compañeras de celda cuando Cecilia estuvo en la cárcel acusada de estafa, por culpa de quien fuera su pareja y la hiciera firmar cheques que luego no pudo cubrir”.
Vanessa Miller, la “Chica Tinelli”, que fue la primera mujer en conducir un late show en Latinoamérica y entrevistar a un centenar de rostros en el programa argentino “Vanesa de Noche”, sabe llevar el glamour y jugar con él, se ríe de sí misma, tiene un sentido del humor fascinante, pero fuera de cámara se define como más bien solitaria, que disfruta sus espacios haciendo yoga y escribiendo novelas. Recuerda que una noche abrió la ventana y miró el cielo. “Estaba por un fin de semana en San José de Maipo, hace veinte años y al admirar ese cielo maravilloso y sentir esa tranquilidad que me daba el ruido del agua de la rivera de río que pasa por mi casa, supe que nunca más me iría de aquí”.
Le encanta la vida de barrio. “Cuando murió mi mamá, la señora del restaurante del pueblo me trajo cazuela para pasar la pena, hay un volver a lo humano que es impagable, finalmente ellos son mi familia real”.